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15 abr 2010

Capítulo 34 de Percances


-¿Que-qué dices?- preguntó desconcertada Cam.

-Sí pero no te asustes, ya todo está aclarado, bueno todos sabíamos que era imposible que Nico hiciera algo así, se lo dije a mi papá pero se habían encontrado algunas pruebas contra él y siendo uno de los lideres no le toco más que poner el ejemplo y someterse a la investigación y estar encerrado hasta que no se aclarara todo, yo no puedo estar presente en la reunión así que no tengo los detalles.-

-Pero ¿que pruebas podrían encontrar para sospechar de él?-

-No sé bien, papá y mamá no me dicen mucho o más bien nada pero por lo que escuche a escondidas fue un objeto suyo, que todos los miembros del movimiento sabían que le pertenecía, no se nada con detalle solo que él no fue y que por fin todos lo comprobaron. Y por eso después de la reunión estará libre.-

-Tengo que verlo, saber como esta, todo lo que esta pasando, ¿podrías darme la dirección de las instalaciones del movimiento?-

-Um, no se si deba, seguro mi papá se enojaría, ¿si te la doy, prometes no decirle a nadie que fui yo?-

-Si, lo prometo, pero ¿porque se enojaría tu papá? ¿Cuántos años tienes?-

-Trece, mis papás dicen que todavía soy una niña y que por eso tienen que corregirme, bla, bla, bla…-

¿Trece años? Pensó Cam confundida.

-¿Tú eres… um… ya sabes un…?-

-¿Un vampiro?- la interrumpió Alina.

-Aja.-

-No, pero lo seré algún día, cuando sea mayor, no quiero quedarme como una chiquilla toda la vida, quiero ser una mujer hermosa y así permanecer siempre.-

-Pero si no eres un vampiro ¿Por qué sabes del movimiento y estas allí? ¿Por qué lo hacen tus papás?-

-Ellos son vampiros.-

-¿Qué? Entonces ¿Por qué tu no lo eres?-

-Larga historia, pero en fin mi mamá no se había convertido cuando me tuvo sino hasta después.-

-¿Pero tú papá ya era vampiro?-

-Si.-

-Se que hago muchas preguntas, pero ¿Si el era vampiro no deberías ser en parte vampiro?-

-Algo así, no necesito alimentarme de sangre ni nada parecido pero tengo algunas capacidades más desarrolladas que los humanos, velocidad, fuerza, pero no como un vampiro, y obviamente no soy inmortal.-

-Wow es muy interesante todo esto, espero que después podamos conocernos mejor.- Dijo Cam.

-Oh ¿Enserio? Eso sería genial.-

-Si enserio, bueno ahora voy para allá, necesito ver a Nico, si la reunión se termina antes de que llegue por favor no dejes que se vaya, ¿Esta bien?-

-Si yo me hago cargo, nos vemos.-

Conocer a Alina le había traído muchas cosas a la imaginación a Cam, como que si ella tuviera un hijo de Nico sería como esa chica, no que quisiera tener un hijo a su edad pero eso no le quitaba imaginarse lo lindo que sería, pero la verdad era que dada todas las circunstancias con Nico no parecía algo muy viable en este momento, ella tenía que ver a Nico para saber como estaba, pero después de lo que había pasado apenas hace unos minutos con Axel las cosas con Nico no tenían posibilidad de mejorar, Cam sabía que posiblemente Nico no tuviera ganas de verla, aunque tampoco era seguro, ahora entendía porque no había sabido nada de él aunque saberlo tampoco quitaba todo el dolor que sintió, pero tampoco podía culparlo por algo que no estaba en sus manos, ella lo vería esta noche, se aseguraría de que él estuviera bien y se preocuparía por todo lo demás después.

Recogiendo sus cosas se encaminó hacía el estacionamiento, todo estaba oscuro y solo, nunca había sido miedosa pero desde que en su vida se habían cruzado vampiros y le habían pasado tantas cosas sin duda era precavida, así que acelero el paso hacia la avenida de la universidad para poder tomar un taxi y llegar hasta las instalaciones del movimiento y encontrarse con Nico lo antes posible.

No podía explicar una sensación como de presentimiento que la invadía mientras caminaba, observó a su alrededor pero no veía nada sospechoso así que se aseguró que todo estaba en su imaginación.

Cuando estuvo en la avenida, los taxis que llegaron a pasar estaban ocupados, se estaba desesperando pero no ganaba nada con hacerlo, así que trato de tranquilizarse.

Algunos minutos después un automóvil negro muy elegante, con vidrios polarizados se detuvo donde ella esperaba, ella hizo lo posible por ignorarlo y estaba a punto de empezar a alejarse cuando la ventanilla del asiento trasero fue bajada, dentro del auto había un hombre con cabello cano, aunque era de noche traía lentes de sol así que no podía ver su rostro, tanto por los lentes como por la oscuridad dentro del mismo auto, por lo poco que podía ver el hombre no debía ser muy mayor, 40 años aproximadamente, no podía asegurar si la estaba viendo por los lentes, pero ella sentía como si lo estuviera haciendo, se sentía tan escudriñada bajo la mirada de ese hombre que su piel se erizo y se puso muy nerviosa.

Estaba a punto de empezar a caminar cuando el hombre habló.

-Buenas noches Camille.- dijo una voz ronca.

Cam lo miró extrañada, ¿Cómo sabía su nombre? Esto no se veía nada bien, realmente estaba empezando a asustarse.

-No temas, no te haré daño.- dijo el hombre como si pudiera leerle la mente. –Soy Fernando el padre de Axel, seguramente el descuidado de mi hijo ni siquiera me ha mencionado, ¿no es cierto?-

-¿Es el padre de Axel?- preguntó Cam incrédula.

-Así es, mi hijo seguramente no se ha dignado a hablarte de mí.-

-No, de hecho si lo ha hecho, él lo ha mencionado y me hablado un poco de sus investigaciones sobre… usted ya sabe. – dijo Cam no pudiendo impedir que el nerviosismo traicionara su voz.

-Sí lo se,- dijo con una sonrisa torcida, -Le he insistido en conocerte pero parece que el egoísta de mi hijo quiso reservarse para él solo a una joven tan bella y prometedora como tú.-

No puedo evitar sentirse incomoda ante el halago, había algo en el hombre que le daba escalofríos, pero ella misma le había pedido a Axel conocerlo así que no debería sentirse así.

Cam solo respondió con una sonrisa tímida.

-Porque no subes y hablamos.- sugirió Fernando.

-No, no,- respondió Cam. –En realidad tengo un poco de prisa, podríamos hacerlo otro día.-

-Oh niña pero no te preocupes por eso, puedo llevarte a donde quieras y en el recorrido podemos hablar un poco. Vamos.- dijo abriendo la puerta y moviéndose para dejarle espacio.

Cam no quería hacerlo, pero no sabía que hacer para negarse, y después de todo ¿qué podría pasar? Era el papá de Axel, si bien no estaba muy contenta con él en este momento no tenía porque temerle a su padre, era una tontería sentir eso. Vaciló un poco pero las palabras del papá de Axel la convencieron.

-Vamos, no seas tímida, Axel nunca menciono que fueras tímida. Sube no desaires a este viejo.-

-Señor usted no parece un viejo.- le dijo cuando subió al coche.

-Bueno gracias, pero que no te engañe la apariencia.-

Cam rió ligeramente y observo el interior del coche, en el asiento delantero pudo observar al chofer, que era un hombre grande y musculoso, nunca se había subido a un auto como este y mucho menos con chofer, y la situación no era muy cómoda, mientras el coche arrancaba el silencio impregnó todo, Cam miró nerviosa y disimuladamente todo a su alrededor, cuando sintió que la incomodidad era demasiado preguntó, -¿De que quería hablar conmigo?-

-Que bueno que lo preguntas,- dijo seriamente. –Te he estado buscando por mucho tiempo, no tienes idea de lo que he hecho para encontrarte…- dijo quitándose los lentes pero sin dejar de ver al frente.

-No entiendo.- dijo Cam nerviosa.

-Si bueno no tendrías porque.- dijo girándose y enfrentándola.

Cuando Cam vio sus ojos quedó paralizada, un escalofrío recorrió su cuerpo haciéndola estremecer, ella nunca olvidaría esos ojos, esos ojos que la habían perseguido en sus pesadillas, esos malditos ojos.

-¿Acaso soy tan horrible?- preguntó Fernando riendo burlonamente.

-Usted… usted…- Cam no pudo ni siquiera terminar lo que iba a decir porqué repentinamente algo húmedo tapo su boca y su nariz y lo que sea que fuera rápidamente la hizo perder la conciencia.

Así que ella nunca pudo decir que esos ojos eran los ojos del asesino de su abuela. Los ojos que ella había deseado tanto encontrar para poder hacerlos pagar.

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