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16 ene 2011

Capítulo 22 de Indecisión

Ya era de noche y Cam aún no lograba comunicarse con Axel. Estaba sentada en el sofá viendo televisión pero su atención no estaba en el programa que estaban transmitiendo sino en Axel.

¿Dónde estaba? ¿Le había pasado algo? ¿Por qué diablos no respondía el teléfono?

Retorció sus manos sobre su regazo, para este momento realmente estaba preocupada y no tenía idea de que hacer para calmar esa preocupación que la carcomía por dentro.

Nico no estaba en casa, así que no contaba con él para distraerla.

Melissa, que seguía quedándose con ella, estaba arriba terminando la tarea, cosa que Cam debería estar haciendo también, pero por más que intento concentrarse para hacerla los pensamientos sobre cosas que pudieron haberle ocurrido a Axel no la dejaron hacerlo, por lo que finalmente dejo a Melissa arriba y bajo a ver la televisión con la esperanza de dejar de pensar en cosas negativas, pero eso tampoco había resultado.

Para este momento ideas locas rondaban su cabeza, como la de salir a buscarlo, aunque si se ponía a pensar en ello no tenía la menor idea de donde buscar, sin contar que el amigo de Nico que estaba custodiando la casa en su ausencia no la dejaría ir a ningún lado y dado el peligro que sabía que Damián representaba para ella no quería arriesgarse tampoco. No, de ningún modo, esa idea no era viable.

Tomó el control remoto que estaba sobre la mesita de café y apagó el televisor, no tenía caso tenerlo encendido cuando no estaba prestándole atención.

Se levantó y se dirigió a la cocina donde sacó un poco de helado del refrigerador con la esperanza de que la comida la calmara un poco.

Después de comer un poco y darse cuenta que no ayudaba a su desesperación se dio por vencida y subió a su habitación, quizás un baño haría lo que ninguna de las cosas que intento logró.

Ya en el baño se desnudo y entró bajo el flujo del agua, permaneciendo debajo de el por más tiempo de lo normal, cualquiera la reprendería por gastar tanta agua, pero dado que si bien no había olvidado lo que estaba pasando si se había relajado un poco no le importó, necesita esto, un poco de paz y tranquilidad en la ansiedad y preocupación que la habían perturbado desde que no encontró a Axel en su casa esa tarde.

Varios minutos después sin otra opción cerró el flujo del agua y se envolvió en una toalla, luego volvió a su habitación y sin mucho animo se puso su pijama y cepillo su pelo, dejándolo suelto para que este se secara.

No tenía sueño, así que dormir no era una opción, no haría más que dar vueltas en la cama y estaba segura que eso sólo incrementaría la tensión que sentía.

Declinó por pasar un rato en la computadora, quizás Estrella, su mejor amiga, estaría conectada y podrían conversar un rato y eso seguro que lograba distraerla un poco, la echaba mucho de menos así que hablar con ella siempre la hacia sentir bien.

Encendió la computadora y mientras esperaba a que cargara tomó su celular y le escribió un rápido mensaje a Nico.

T xtrañ, t sprare dspierta asi k n tards, t amo

Dejó el celular sobre su escritorio y verificó la lista de conectados, desafortunadamente para ella Estrella no estaba en línea, así que entró a su bandeja de entrada para revisar sus e-mails, no esperaba encontrar nada interesante, pero quizás alguna de esas cadenas que siempre llenaban su bandeja la distrajeran un rato, algunas eran muy buenas.

Revisando entre sus nuevos mensajes, uno en especial atrajo su atención, el remitente decía Admirador Secreto.

Un escalofrío bajo desde su cuello hasta la parte baja de su espalda, estremeciendo toda su espina dorsal. Tenía que ser Damián.

El asunto decía: Sorpresa.

Sabiendo que no tenía otra opción abrió el mensaje.

Este decía así:

Hola preciosa!

Estoy seguro que fue una sorpresa descubrir que era yo, tu viejo inquilino, el atento admirador secreto que tantos regalos te estaba prodigado, no es así?

Espero que haya sido una verdadera sorpresa, de otro modo estaré seriamente decepcionado.

El motivo de este mail es expresarte mi profunda molestia, cree tu estúpido novio que el mantenerte vigilada todo el tiempo me mantendrá alejado de ti? Qué iluso! lo que quiero lo consigo, y a ti te he querido desde el primer momento en que te vi y más ahora después de algunos descubrimientos… pero eso es algo que hablaremos pronto, en persona por supuesto.

Te tengo preparadas tantas sorpresas! Muero por verte con el vestido que te envié, estoy seguro que te veras maravillosa.

Así que póntelo mañana, ¿mañana? Si mañana, nos veremos mañana, y esta de más decirte que te tienes que deshacer de tus guardaespaldas, sea tu padre o Nico o cualquier otro, te quiero sola.

Ve al parqué donde me viste, ese será el punto de reunión, y si tu linda cabecita esta planeando algo deséchalo, no seré yo quien se reúna contigo, allí alguien te recogerá y te traerá hasta mi.

Y si, seguro estas pensando, no voy a ir, pues bien, tienes que, porque la vida de cierto amiguito tuyo depende de ello, no estoy nada contento con él, no sabiendo las cosas que has hecho con él pequeña zorra, pero estoy dispuesto a pasarlo por alto porque una vez que seas mía no serás de nadie más, puedo olvidar eso, puedo perdonarle la vida, pero sólo si eres lo suficientemente complaciente.

Mañana a las 10 de la mañana, cualquier movimiento raro puede causar la muerte de tu amigo, no lo olvides, su vida esta en tus manos y debajo del vestido ponte la tanga que te envié.

Tu admirador ya no tan secreto jaja

Cam estaba temblando, Axel, Damián tenía a Axel.

—Maldita sea —dijo para si misma al ponerse de pie. Caminó de un lado a otro en su habitación, esto no podía estarle pasando, ¿por qué su vida tenía que ser como una maldita telenovela?

Estaba harta, ansiosa de volver a su vida tranquila, aquella que hace meses se había acabado.

¿Cómo era posible que de pronto tu vida tomara un giro tan repentino y tenebroso y que ahora siempre estuvieras en peligro, y no sólo tú sino tus seres queridos?

—¿Qué voy a hacer? —Agarró su cepillo de su tocador y lo lanzó contra la pared—. Maldita, maldita sea.

Cam sabía que no tenía otra opción, la vida de Axel estaba en juego, y que el infierno se congelara si ella permitía que alguien muriera por su culpa aun cuando al impedirlo fuera su vida la que estuviera en riesgo.

Axel no tenía nada que ver en esto y no era justo que muriera en manos de un ser tan desquiciado y despreciable como Damián por su culpa.

No.

Ella no lo permitiría.

Así que mañana a las 10 estaría donde se le había indicado. Pero el problema era, ¿qué haría para liberarse de Nico o quien quiera que la estaría vigilando? No tenía idea pero tenía toda una noche para planearlo.

Toda una larga noche.

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