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5 nov 2010

Capítulo 16 de Indecisión

Nico sentía que su sangre hervía dentro de sus venas, la furia acometió por todo su ser como un fuego extendiéndose más y más hasta quemar todo a su paso. Las palabras de Axel se repetían a velocidades inimaginables en su mente: Estaba durmiendo con ella, estaba durmiendo con ella, estaba durmiendo con ella.

No quería dejarse afectar por esas palabras, pero todo esfuerzo era inútil. Interiormente daba gracias por estar lejos porque de estar allí frente él en este momento estaría moliéndolo a golpes.

No podía pensar con claridad, no podía soportar la idea de Cam durmiendo en los brazos de cualquier otro que no fuera él, mucho menos en los brazos de Axel. No soportaba el sólo pensamiento de lo que esas palabras podrían ocultar.

¿Por qué estaba durmiendo con él? ¿Qué encerraban esas palabras? ¿Acaso ellos…?

No lo podía soportar, sacudiendo su cabeza se ordenó dejar de pensar en eso, más que nunca se sentía estúpido, ¿quizás si él no hubiera terminado con ella? ¿Si…? Si, si’s y si’s. Pero nada de eso existía, ellos habían terminado, ella podía hacer lo que quisiera y con quien quisiera, pero ¿tan pronto?

Y ¿como hacía para que no le importara? ¿Para que no doliera?

Porque detrás de la ira y el enojo, estaba el dolor, tan insoportable que lo consumía, que lo aplastaba como si fuera un insecto pisoteado y machacado.

—¿Sigues allí? —vino la voz de Axel a través del auricular. —¿Vas a decirme para que llamaste o cuelgo?

Respiró hondo para tratar de contenerse de estrellar el teléfono contra la pared imaginando que era la cabeza de Axel. Tenía que calmarse, las emociones que sentía perturbaban su lado humano y daban pie a que sus instintos afloraran de una manera que a él no le gustaba, no podía perder el control, no podía tirar a la basura sus esfuerzos por ser un ser civilizado a causa de los celos, la ira y el dolor que lo llenaban por completo en este momento.

—Simplemente dile a Cam que mañana Augusto estará de vuelta, y que también lo estaré yo.

—Así que regresas —dijo Axel desde el baño donde se había encerrado para no despertar a Cam —¿Para eso llamaste a esta hora? ¿Para hacerle saber que estarás aquí mañana? La acabas de terminar, ¿por qué no la dejas en paz?

Nico apretó el teléfono en su mano, pero relajo sus dedos antes de destruirlo.

—No se porque estés durmiendo con Cam, no se que haya pasado entre ustedes, o si siquiera paso algo, pero te voy a decir una cosa y que te quede bien clara, Cam no te pertenece, no tienes ningún derecho sobre ella y tampoco te importa lo que yo haga o deje de hacer, o si la llamo o no la llamo, así que mejor preocúpate por meter la nariz en tus asuntos y no en los míos.

—Resulta que todo lo concerniente a Cam es mi asunto, estoy enamorado de ella y la quiero para mí.

—Ella no es ningún objeto, yo no la quiero para mí, la quiero conmigo.

—No hagas un lío de semántica muerto viviente, si la amas déjala libre, tú no puedes darle lo que yo, ¿acaso quieres condenarla a convertirse en lo mismo que tu sólo para satisfacer tu deseo de tenerla contigo? sabes mejor que nadie que no le convienes, Cam tiene una vida por delante, una maldita vida humana, una vida normal, y yo puedo compartirla con ella, tú no, tu eres un ser que necesita alimentarse de sangre humana, que no envejece, Cam es joven, con el tiempo te va a olvidar, aléjate de ella, si quieres su felicidad, aléjate de ella.

Nico sentía sus colmillos alargados, si antes estaba furioso ahora no había palabras para describir lo que sentía, estaba por responder cuando la escuchó.

—¡Dame ese maldito teléfono!

Cam. Era ella.

—Cam déjame…—comenzó Axel, estaba tan centrado en lo que estaba diciéndole a Nico que no la oyó acercarse y mucho menos abrir la puerta.

—Dame el teléfono y sal del baño.

—Cam…

—Dame el teléfono.

Axel puso el celular en la mano extendida de Cam y salió del baño. Sabía que estaba en problemas, infierno que lo sabía, pero no se arrepentía de lo que había hecho, él quería a Cam y sabía que podía hacerla feliz, iba a luchar por ella, contra quien tuviera que hacerlo, lo haría.

Cam cerró la puerta, con la mano temblorosa llevó el teléfono hasta su mejilla y dubitativamente dijo: —¿Nico?

Él no respondió, pero Cam podía escuchar su respiración acelerada al otro lado del teléfono.

No sabía que decir, había escuchado las últimas palabras que Axel le había dicho y si ella estaba furiosa no podía ni imaginar como se sentía él.

—Yo… lo siento. No sé porqué te llamo, lamento lo que te dijo…

—Él no me llamó—respondió con sequedad.

—¿No? ¿Llamaste tú? No escuché el teléfono…

—Claro que no, estabas profundamente dormida como ibas a hacerlo.

—¿Cómo lo…?

—¿Cómo lo sé? Tú querido amiguito se encargo de informarme que estaba durmiendo contigo cuando mi llamada lo despertó.

Cam deslizó su espalda en la puerta hasta terminar sentada en el suelo contra ella. —No es lo que tú piensas.

—¿Y qué estoy pensando?

—Que yo… y él… nada paso, nosotros no, Dios…—dijo apoyando la cabeza sobre sus rodillas que había flexionado.

—No me debes explicaciones —respondió severamente.

—¡Nada paso! —exclamó con exasperación.

—El dormir con alguien es algo.

—Me emborrache, él me ayudó a llegar a mi habitación, me quede dormida después y él también, pero no paso nada, absolutamente nada.

—¿Te emborrachaste? —Nico preguntó frunciendo el ceño.

—Si…—respondió titubeante. —Vinieron Alejandro y Axel, después llegó Melissa, me pidió quedarse porque su papá esta en el hospital y entonces para levantarle el animo, sin contar que nunca sale y que se merece algo de diversión, arme una pequeña fiesta, Axel insistió en que una fiesta sin alcohol no es fiesta y bueno tomé, no mucho en realidad, pero no estoy acostumbrada y me emborrache, pero eso fue todo. ¡No puedo creer que pienses que yo… que hice algo con Axel en la cama!

—Yo nunca te acuse de hacer nada.

—Pero lo pensaste Nico. O dime que no lo hiciste.

—Me llegó a pasar por la mente —respondió con sinceridad.

Cam ahogo un sollozo, pero Nico no pasó por alto la acción.

—Cam, lo siento, como te dije no me debes explicaciones y tampoco tengo derecho a reclamarte, ni a imaginar cosas.

Esta vez Cam no pudo contenerse y comenzó a llorar.

—Sé que ninguno de ustedes debe tener un concepto bueno de mí, quizás me he ganado que piensen que soy una puta, pero yo no… —Cam dijo entre sollozos—yo no me he acostado con nadie más que contigo. Ni siquiera quiero hacerlo con nadie más. Te amo Nico, ¿como puedes pensar que me voy a acostar con alguien más? Sé que ha habido besos con Axel, pero sólo besos y son contados y la mayoría en situaciones que yo no suscité… —dejó morir las palabras en su boca y se limpio las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Nico no dijo nada, pasaron largos segundos, y él no dijo nada. —Adiós—tartamudeo Cam y colgó.

Se levantó y enjuagó su cara en el lavabo, después salió del baño.

Axel estaba sentado en la cama, mirándola.

—Es mejor que te vayas—dijo antes de que él dijera nada.

—Cam…

—Ha sido demasiado por hoy, no quiero discutir, no tengo ganas de pelear y estoy muy molesta contigo por lo que hiciste.

—Cuando respondí el teléfono no era mi inten…

—Vete por favor.

—Déjame explicarte.

—No quiero explicaciones, ni ahorita, ni mañana. Simplemente no las quiero. Escuché lo último que le dijiste, entiendo perfectamente tus intenciones, no soy tonta, pero ¿sabes qué? no porque le hayas dicho todo eso y ahora él piense peor de mi que antes, voy a correr a tus brazos, yo no te amo, lo siento pero no te amo—dijo entre lágrimas —siento un cariño especial por ti, pero no amor, y no se puede comparar con lo que siento por Nico, él me dejó porque no quiere que sienta nada por ti, pero lo que no entiende es que los dos sentimientos no se comparan, no pude hacérselo entender. No te puedo dar esperanzas Axel, en otras condiciones, ese cariño especial y atracción que siento por ti podría evolucionar a algo más, a amor quizás, pero mi corazón ya esta ocupado, y ahora entiendo que mi mamá tenía mucha razón, estaba tratando de darle otro significado a lo que siento por ti por temor a afrontar lo que significa estar con Nico, amarlo, porque él no es como yo, y si quiero estar con él tengo que convertirme, y no estoy lista, por eso mis temores se reflejaban en querer experimentar un amor normal, estar con alguien que sea como yo, con quien no tuviera que renunciar a mi vida como es, con quien no tuviera que arriesgar nada. Pero no puedo seguir así, ya no.

—Sé que no me amas, pero con el tiempo…

—No. Axel tengo que afrontar mis sentimientos, amor y temores, amo a Nico, y quiero estar con él pero al mismo tiempo me aterroriza la idea de dejar de ser lo que soy, de convertirme en un ser diferente, que vivirá por infinidad de tiempo, sin cambiar. Toda la vida que desde niña imagine no será posible, no si quiero estar con Nico. No puedo estar con nadie más, porque mi conflicto interno, mis indecisiones y mi confusión no están basadas en ti y en Nico, están centradas en Nico y la vida que estaba mentalizada a tener. Y inconscientemente te veía como esa vida, simbolizabas esa parte, pero no puedo seguir haciéndolo de esa manera, no sin lastimarte a ti, no sin lastimar a Nico y no sin lastimarme a mi misma. Lo siento, eres digno de amar, pero no puedo ser quien te ame, cuando menos lo pienses encontraras…

—No me vengas con esas estupideces de que ya encontraras a alguien que te ame como te mereces, no quiero escucharlas, no son más que tonterías inventadas para consolar lo inconsolable.

—Axel no es…

—No Cam, escuché todo lo que dijiste, y entiendo que quizás debería ser yo quien me aleje de ti como le sugerí a Nico —rió con ironía. —Estoy enamorado de ti y voy a esperar, porque estoy seguro que llegara el momento en que te darás cuenta que todo el amor que sientes por Nico no vale la pena por renunciar a la vida natural para la que naciste, y cuando eso suceda, voy a estar allí para hacerte feliz en la vida que mereces.

—¡No! No hagas eso, no esperes, no me esperes. ¿Cómo quieres que viva tranquila, que tomé decisiones trascendentales en mi vida, sabiendo que me estas esperando, que estás esperando algo que quizás jamás podre darte?

—Esa decisión es mía, no tuya.

—No quiero cargar con eso.

—No tienes que cargar con nada—dijo acercándose a ella—Si me quieres ver como el reflejo de lo que es la vida normal, la vida humana, veme como tal, úsame para experimentar si quieres, úsame para ver la realidad, no me importa.

Cam estaba por replicar cuando llegó hasta ella y la tomó por la cintura.

—Suéltame—dijo forcejeando.

—Tranquila, ya me voy como pediste, pero antes quiero agregar peso al lado de la balanza de tu decisión que me concierne.

Cam lo miró confusa y estaba por preguntar que quería decir cuando la besó.

Ella forcejeó, intentando zafarse, pero él era más fuerte que ella, mantuvo sus labios quietos, si él quería besarla que lo hiciera, no lo correspondería.

Pero tras unos segundos, los sentimientos de Axel la invadieron, esta vez con menor intensidad que la vez que la beso en la universidad. Sin embargo pronto de encontró impulsada por el deseo de besarla de Axel, y sus labios respondieron ligeramente, pero en su mente era consciente de lo que estaba sucediendo, luchó por controlar los sentimientos ajenos que querían controlarla, estaba harta de ser persuadida a sentir lo que otro podía sentir a través de un beso.

Quería sentir por si misma, y estaba cansada de que Axel tomara provecho de su situación.

Al parecer la frustración y el enojo de que se aprovecharan de ella fue un catalizador eficiente pues tras unos segundos se sintió libre, sólo sentía sus propios sentimientos y en este momento no eran muy agradables.

Enojada puso la palma de su mano sobre el pecho de Axel, pero no en una caricia intima sino haciéndole daño, no mucho, realmente no quería lastimarlo, solamente alejarlo de ella, y si no podía con fuerza si podía con su habilidad.

Axel se alejó al instante soltando una sarta de maldiciones. —¿Por qué hiciste eso?

—¿Por qué? —gritó enojada. —Por que estoy harta de que me beses y quieras aprovecharte de que te voy a corresponder cuando tus sentimientos se me metan bajo la piel, invadiéndome hasta el punto que parecen ser míos, ¡cuando no lo son! Pero para tu información creo que por fin estoy controlándolo, así que ya no vas a poder aprovecharte de mí, y ahora vete de aquí, porque ya me has hecho enojar mucho por una noche.

—Diablos, Cam, no es eso lo que quiero hacer—dijo Axel, recogió su chaqueta y se encaminó a la puerta. —Cuando estés tranquila llámame. —y entonces salió.

Cam se sentó en la cama, un fuerte dolor pulsaba en su cabeza. Esta noche había entendido muchas cosas, pero ya no quería seguir analizando nada, todo lo que quería hacer era dormir, olvidar por un momento todo lo que estaba pasando en su vida, en su mente y sobre todo en su corazón.

***

Melissa se sentía en el cielo, estaba acostada sobre el sofá, Alejandro acababa de irse y Cam había subido hace un par de horas con Axel y no quería molestarla, así que esperaría a que Axel se fuera o dormiría en el sofá, después de todo era cómodo.

Y realmente en este momento donde iba a dormir era la menor de sus preocupaciones, había una alegría nueva vibrando dentro de ella.

Sonrió para si misma, su primer beso, y ¡qué beso!

Se perdió en el recuerdo como si estuviera viviéndolo de nuevo.

Los labios de Alejandro habían sido suaves contra los de ella, roces ligeros que la hicieron estremecerse de pies a cabeza, sintiendo una sensación tan extraña en su interior que no podía nombrarla.

El beso se había dado por un juego, pero claramente premeditado por Cam, totalmente planeado, pero no podía reprochárselo, había sido lo mejor que le había pasado en su peculiar vida. Y si bien había comenzado por un juego, no se había sentido como uno, él había sido tierno, pero también apasionado cuando la beso con mayor intensidad.

Ambos habían estado tan perdidos en si mismos, en lo que sentían que no se habían dado cuenta de que Cam y Axel los habían dejado solos hasta que los oyeron subiendo las escaleras, en ese momento Alejandro había descansado su frente sobre la suya liberando sus labios, ambos tomaron aliento e imaginando que debía estar tan roja como un tomate, había comenzado a separarse, sabiendo que el beso se había extendido demasiado y por lo tanto se sentía avergonzada, pero él había puesto su mano en la parte posterior de su cuello para evitar que se alejara y le había dicho jadeante: —Lo siento, me excedí. Es solo que tus labios son…

Ella lo había mirado inquisitiva, instándolo a terminar.

—Son tan suaves. Fue un gran beso, realmente lo fue, para mi lo fue, ¿y para ti?

Asintió sintiendo un nudo en la garganta que le impedía hablar.

La había soltado entonces y la ayudó a ponerse en pie, luego se sentaron en el sofá y conversaron por horas, ella había pensado que después del beso no podría ni mirarlo, avergonzada de haberle respondido como lo hizo, pero se encontró cómoda con él, la conversación fluyo entre ellos y tontamente quizás sentía que algo había surgido entre ellos, algo nuevo, amistad solamente o algo más no estaba segura, pero la hacia sentirse feliz.

La noche había sido inolvidable, tal como Cam predijo.

Cuando lo acompaño a la puerta, él se había inclinado y ella habría jurado que iba a besarla, se vio dubitativo y entonces lo hizo, pero no en los labios como ella había creído sino en la mejilla.

Pero eso no la decepcionaba, ni empañaba la burbuja de felicidad en la que se encontraba, porque ella estaba segura de que él había querido besarla pero se había contenido, lo sabía y se aferraba a eso.

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