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18 nov 2010

Capítulo 17 de Indecisión

—Buenos días bella durmiente.

Cam estaba tapada de pies a cabeza cuando la voz de su madre invadió su sueño.

—Es sábado, no quiero levantarme todavía.

—Lo se, pero creo que me debes una explicación.

—Mmmm.

Se destapo y vio a su mamá sosteniendo la botella de tequila que se habían tomado anoche.

—Oh eso—dijo como si fuera de lo más normal. —Tuvimos una pequeña fiesta. Nada más.

—¿No te la tomaste sola?

—Oh Dios, no, solo un poco.

—¿Quienes estuvieron en tu pequeña fiesta?

—Alejandro, Axel y Melissa, que por cierto esta durmiendo en el cuarto libre. ¿A que hora llegaste mamá?

—Acabo de llegar.

—¿Pasaste la noche fuera y soy yo quien necesita dar explicaciones?

Nora se sentó a su lado en la cama.

—Salí de la ciudad para un curso, pero termino más tarde de lo pensado, no quise manejar de noche, preferí quedarme en un hotel y volver hoy temprano. Estuve llamando para decírtelo pero nunca respondiste, supuse que estabas tan dormida que no escuchaste el teléfono, pero creo que era porque estabas borracha o por el ruido de la música.

—Algo de eso tuvo que ser, pero estoy bien, no tome mucho, de verdad.

—Esta bien Cam, y ¿tu amiga?

—¿Qué si se emborracho?

—¿Se quedo por eso?

—En realidad no, su papá esta en el hospital y su mamá se tiene que quedar a cuidarlo, así que la invite a quedarse para que no este sola, no hay problema con eso, ¿verdad?

—Por supuesto que no. Es bienvenida.

—Gracias—dijo Cam volviéndose a tapar y acurrucar en su cama.

Nora la destapo y dijo: —Señorita se tiene que levantar ya. Tuviste una fiesta, sin problema, pero tienes que bajar a limpiar.

—Lo se, lo se, pero puedo hacerlo más tarde.

—No, tiene que ser ahora, más tarde tengo una reunión de trabajo en casa.

—¿Hoy? Pero es sábado, ¿es qué nunca descansas?

—Es una reunión informal Cam. Y no vi problema en que fuera en casa.

—Está bien, ya voy.

—Gracias—dijo Nora saliendo de la habitación.

Después de limpiar, Cam y Melissa se lanzaron sobre el sofá a descansar.

—Tengo una idea—dijo Cam—¿qué te parece si pasamos una tarde de chicas en una piscina?

—¿Una piscina?—preguntó Melissa insegura. —No tengo traje de baño. Y mamá siempre dice que las piscinas publicas son poco higiénicas y que podría contraer cualquier cosa, no se.

—Dios—exclamó Cam—¿es que acaso hay algo que le parezca bien a tus padres?

Melissa se ruborizó.

—Lo siento—dijo Cam—no quise ser grosera, pero bueno, no será una piscina publica, mi…—estuvo a punto de decir papá pero corrigiéndose dijo—un amigo tiene piscina en su casa, podemos pasar la tarde allí, te aseguro que no te contagiaras de nada, y el traje de baño no es problema, te presto uno y tu mamá no tiene porque saber lo que estuviste haciendo. ¿Estás dentro?

—De acuerdo—dijo Melissa con una sonrisa tímida.

—Pongámonos en marcha entonces.

Una hora después estaban en la casa de Augusto, Cam había tomado una copia de la llave que Nico tenia en su cuarto, así que entrar no fue ningún problema.

En pocos minutos estuvieron dentro de la piscina, disfrutando del tiempo juntas.

—Así que cuéntame todo, ¿qué paso después de que los dejáramos solos?

—Nada, sólo hablamos.

—Pues ese beso echaba chispas, no parecía un simple juego.

—Tampoco lo sentí así—confeso Melissa. —Fue especial. No puedo dejar de pensar en eso, soy tan tonta.

—No digas eso—le dijo Cam sonriendo—cualquier chica que es besada de esa manera tiene razones para no pensar en otra cosa. ¿Y no te invito a salir o te dio alguna señal de que esta interesado?

—Me invito a salir hoy. Pero le dije que no estaba segura.

—¡Melissa! Eso si es ser tonta, ¿por qué le dijiste eso?

—Estaba nerviosa.

—Pues voy a solucionar eso ahora.

—¿Cómo? —dijo Melissa viendo a Cam salir de la piscina.

—Voy a llamarlo—dijo envolviéndose en una toalla. —Le diré que si quieres salir y que venga a recogerte.

—¡Cam!

—Vas a ir Melissa, te la vas a pasar bien, Alejandro no hará nada para incomodarte, y si quieres que algo surja tienen que pasar tiempo juntos, así que no te quejes, sal de esa piscina ahora mismo, porque apenas termine de hablar con él vamos a arreglarte.

Afortunadamente Cam había decidido dejar ropa en la habitación que siempre ocupaba en la casa de su papá, así que pronto Melissa estuvo lista para su cita.

—Esta falda es demasiado corta—dijo Melissa mirándose en el espejo.

—No lo es—dijo Cam riendo—te ves fantástica.

—Me siento rara, no suelo maquillarme ni vestirme así—dijo señalando el espejo frente a ella.

—No sueles salir tampoco, así que obviamente muchas cosas son novedosas, pero tienes que darle una oportunidad a todo, te ves genial, Alejandro va a babear cuando te vea.

Eso logro hacer reír a Melissa, quien sacudió la cabeza. —Nunca seré tan espectacular como tú, y él estuvo enamorado de ti, y tampoco seré nunca como Milena, así que dudo que babee por mí.

Cam le dio un apretón a sus hombros y mirándola en el espejo dijo: —No soy espectacular, no tienes nada que envidiarme, ni a mi ni a Milena, eres hermosa, y no puedes compararte con nadie, por que cada persona es como es, pero créeme que no tienes que pedirle nada a nadie, ¡por Dios mírate! Luces hermosa y si Alejandro no babea por ti es porque tiene dañado el cerebro. Milena es una zorra, afortunada eres de nunca ser como ella. Así que disfruta de tu cita.

—Lo haré—respondió sonriendo—eres una gran amiga Cam, gracias.

***

Alejandro y Melissa acababan de irse. Como Melissa había dejado su coche aquí y Cam no tenia deseos de volver a casa todavía, Alejandro quedo de traerla cuando su cita terminara, y entonces Cam y Melissa volverían a casa, por lo que le quedaban horas por delante y tenia que buscar en que ocuparlas.

Subió a la que ya era como su habitación y desvistiéndose se metió a la ducha. Quería relajarse bajo el flujo del agua y después vería alguna película o dormiría, cualquier cosa sería buena siempre y cuando la entretuviera hasta el regreso de Melissa.

Tras unos minutos bajo el agua, enjabonaba su cuerpo cuando sintió un cosquilleo en la nuca.

Aturdida por la sensación se dio la vuelta y cuando vio que alguien estaba parado en la puerta del baño el jabón se le cayó.

—¿T-tú? ¿Q-qué estas haciendo aquí?—preguntó sobresaltada, su corazón latía frenéticamente y tuvo el impulso de cubrirse con una toalla pero sus manos temblorosas no lograban encontrarla a tientas.

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