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20 mar 2011

Capítulo 24 de Indecisión

Hola chicas!!!

se que me tarde horrores en continuar, pero aquí tienen finalmente el siguiente capítulo, espero que les guste y discúlpenme mucho por hacerlas esperar tanto :)

Capítulo 24

Obviamente llegó a la escuela muy temprano, pero Cam le dijo a Nico que aprovecharía el tiempo para repasar unos apuntes.

Por lo que una vez que llego el reemplazo de él, ella entró en la universidad, agradecía mentalmente que el clima fuera frio así no seria sospechoso que no se quitara el abrigo. Una vez que paso las puertas de cristal del edificio de la biblioteca giró a la izquierda y tras unos segundos se asomo unos centímetros para ver a su guardaespaldas. Estaba sentado en su coche viendo alrededor.

Bien, se dijo Cam. Siguió caminando hacía a la izquierda en dirección a la salida del personal.

Una vez que estuvo allí miró a su alrededor para prevenir que alguien la viera y cuando estuvo segura de que no corría riesgos abrió la puerta y salió apresuradamente.

Aparentemente el plan B no iba a ser difícil de lograr. Camino por la parte trasera del edificio de la biblioteca y se encaminó a la salida lateral de la universidad. Estaba segura que no tendría problemas, su guardaespaldas estaba dentro de su coche porque ni por la cabeza se le pasaba que ella iba a salir furtivamente por la salida de solo personal.

Cuando estuvo fuera de la universidad respiró profundamente, lo había logrado, sabía en el fondo de su ser que no era algo para sentirse orgullosa porque estaba estúpidamente poniéndose en peligro, pero la realidad era que en algún sentido no le parecía estúpido en absoluto, no cuando su estupidez le salvaría la vida a un amigo suyo.

Ù Ù Ù

Nico sabía que Cam había actuado muy sospechosa esa mañana pero mientras conducía de vuelta a casa trató de tranquilizarse a si mismo, no tenía porque preocuparse, Daniel estaba encargado de vigilarla y cuidarla y también tenía que darle un voto de confianza a Cam, no había motivos para que ella misma se pusiera en riesgo, si estaba preocupada por Axel él mismo iba a encargarse de disipar esa preocupación una vez que tomara un baño y se alimentara.

Iba a averiguar que había pasado con Axel, quizás no había sido más que un inconveniente y no había nada de preocuparse.

Ù Ù Ù

A las 9 de la mañana Cam ya estaba en el lugar indicado, era temprano pero no le quedaba más que esperar ya se había entretenido lo mas que podía deteniéndose en un lugar a desayunar algo, no es que tuviera hambre sino sólo necesidad de ocupar el tiempo y evitar ponerse más nerviosa de lo que ya se sentía.

Esperar fue un infierno, sus nervios estaban a punto de hacerla explotar, cada pocos minutos consultaba su reloj esperando que hubiera pasado más tiempo pero el tiempo parecía ir más lento de lo normal.

Desesperada se puso de pie y anduvo de iba y vuelta en un pequeño tramo, tratando de matar los nervios.

Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no sintió a nadie acercarse hasta que una mano la tomó del brazo, se sobresaltó y emitió un grito ahogado, luego giró su cabeza y vio a quién la sostenía.

No lo conocía, lo cual no era de extrañar, Damián había dejado claro que no sería él quien se reuniría con ella.

Respiró profundo y examinó a su compañía. Era un tipo alto, de pelo oscuro y piel morena, sus ojos eran negros y su complexión gruesa, no aparentaba ser un vampiro, pero ¿qué sabía Cam? En su momento nunca le pasó por la mente que Nico o Damián lo fueran y mira lo que resultó.

Armándose de valor habló: —Supongo que vienes en nombre de Damián.

Él la evaluó con la mirada y finalmente dijo: —Así es, vamos. —Y la arrastró con él hacia un coche que estaba estacionado al otro lado del parque.

Cam no se resistió, no tenía caso, esto era lo que ella había decidido y ahora sólo restaba enfrentar las consecuencias y conseguir que Axel estuviera a salvo, lo que fuera a pasar con ella era algo en lo que se negaba a pensar por la poca tranquilidad que le quedaba.

En todo el camino al coche y dentro de el hacia cualquiera que fuera su destino el tipo no dijo una palabra, a Cam eso no le preocupó pero el silencio la hacía poner más nerviosa, si es que eso era posible.

Eventualmente llegaron a una parte de la ciudad que si bien Cam no solía transitar si la conocía, y al verla no pudo evitar reírse.

Definitivamente Damián no era muy inteligente, o quizás lo era y de allí que la mandara traer a la misma bodega donde hace poco tiempo había sido traída y entregada a Isaías.

Cuando él tipo estacionó el coche al costado de la bodega los nervios de Cam se dispararon pero hizo acopio de toda su temple para no dejar que nadie lo notara, salió del coche y lo siguió al interior de la bodega.

Estar dentro de este lugar le trajo recuerdos desagradables pero no podía permitirse estar centrada en eso, así que sacudiéndose mentalmente se despegó de esos pensamientos y se debido a observar a su alrededor mientras era dirigida al lugar donde Damián la esperaba, tomando nota de todos y cada uno de los detalles, ya que podrían serle útiles en cualquier momento, al menos esa era su esperanza y no la perdería.

Cuando se detuvieron delante de una puerta cerrada sintió un escalofrió bajando por su espalda, se enderezó y se dijo que todo estaría bien.

El tipo abrió la puerta dándole un vistazo del interior, cuando Cam vio lo que la esperaba sintió que sus rodillas le fallaban y pesé a todos sus esfuerzos tuvo que agarrarse a la jamba de la puerta para no caer.

Damián estaba allí, cuando la vio se puso de pie y la devoró con la mirada, pero eso no fue lo que la inquieto a tal punto de que sus rodillas le fallaron, fue Axel, él estaba allí, estaba amarrado a una silla, su torso desnudo y sus ojos vendados, pero lo que la perturbó fue verlo tan golpeado, lo que se alcanzaba ver de su rostro estaba amoratado e incluso había costras de sangre seca en su rostro, su torso también estaba amoratado y con pequeñas manchas de sangre.

Cam se llevó la mano a la boca y antes de poner pensar corrió hacia él y se arrodilló frente a él colocando sus manos sobre sus piernas.

—¡Dios mío! ¿Qué te han hecho?

Axel reaccionó a su voz y levantó la cabeza que había tenido caída. Lo escuchó respirar hondo y esforzándose notablemente logró decir: —No, no debiste venir, no.

—Shhh —le dijo Cam, levándose para tocar su mejilla hinchada y con toda intención de sanarlo, pero apenas había tocado su mano ligeramente su mejilla cuando un brazo se envolvió alrededor de su cintura y la apartó bruscamente de él.

—Ya basta —dijo Axel apresándola contra su cuerpo—. Viniste aquí para verme a mí no a él.

La puso sobre él suelo y la giró hacia él sosteniéndola por la cintura.

—Estás tan preciosa como siempre —dijo inclinándose y plantándole un repentino beso en los labios—. Pero creo haber especificado la ropa que tenías que llevar, ¿no es así?

—La tengo puesta —respondió Cam no pudiendo evitar el sonrojo que subió por sus mejillas al pensar en su escasa vestimenta.

—Bien —dijo él soltándola—. Muéstrame.

Cam miró a su alrededor y se sorprendió al ver que el tipo que la había traído ya se había marchado y la puerta estaba cerrada. Axel tenía los ojos vendados así que Damián sería el único en verla vestida de esa manera, pero eso no ayudo a tranquilizarla.

—¿Podrías dejarme sanar un poco a Axel primero? —preguntó—. Por favor.

—¡No! —espetó él—. Y ahora quítate ese abrigo o ¿prefieres que te lo quite yo?

Antes de que Cam pudiera responder Axel dijo quedamente: —Cam no lo hagas, no importa lo que me haga, vete de aquí.

—Axel… —comenzó ella.

—Cállense los dos —gritó Damián—. Tú —dijo señalando a Cam— quítate ese estúpido abrigo y tú… —continuó señalando a Axel aunque este no pudiera verlo—… cállate o ella sufrirá las consecuencias tanto como tú, ¿entendiste?

Axel gruño, o eso le pareció a Cam, y Damián pareció aceptarlo como su asentimiento.

—Y bien… —dijo alzando las cejas ante Cam.

Ésta tomó una respiración profunda y comenzó a desabotonarse el abrigo. Cuando terminó se lo quitó y soporto la mirada lasciva que éste le propinó.

—Wow ni en mi imaginación lucías tan maravillosa.

Cam sólo lo miró y entonces decidida dijo: —Muy bien aquí estoy, tal como pediste, déjalo ir.

Él se echó a reír.

Cam lo miró con el ceño fruncido. —No es gracioso —dijo—. Estoy aquí, ya tienes lo que querías, déjalo ir.

—Ni por asomo tengo lo quiero. —Y con eso extendió la mano, la tomó por la cintura y la atrajo contra si—. Ni por asomo preciosura.

Y con eso la besó, y esta vez no fue un beso ligero y rápido sino uno profundo y extenso.

Ù Ù Ù

Nico estaba apunto de salir a buscar a Axel cuando el teléfono sonó, estaba en su habitación y el teléfono más cercano estaba en la habitación de Cam por lo que fue a través del baño para contestar.

—Bueno —dijo al teléfono.

—¿Nico? Soy yo Daniel, tene…

—¿Por qué me no me llamaste al celular?

—Lo hice, pero lo tenías apagado.

—Eso no es posible —dijo Nico pensativo—. Da igual, ¿qué pasa?

—Es Cam.

—¿Si?

—No está en la universidad.

—¿Qué diablos estás diciendo?

—Lo que oíste, lo siento mucho, cuando fue hora de su clase y no salía de la biblioteca entre a buscarla, pero salió por la puerta de personal, y lo hizo sola, nadie se la llevó.

—¿¡Cómo puedes estar seguro de eso si ni siquiera te diste cuenta que se había ido!?

—Lo averigüe Nico, al no encontrarla interrogue a algunas personas, alguien la vio saliendo.

—Maldita sea, ¿por qué? ¿Para…? —Pero Nico se quedó a media palabra pues se percato de una hoja de papel en la mesita de noche del otro lado de la cama, no había estado esa mañana allí cuando se levantó, se subió en la cama y extendiendo la mano la tomó.

—¿Nico?

Él no respondió, bajó la mirada a la hoja de papel. Era una nota. Una nota de Cam.

—Maldita, maldita sea —dijo empuñándola en su mano.

—¿Qué pasa? —preguntó Daniel.

—Que sé con quien diablos está Cam.

—¿Con quién?

—Damián.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Dónde?

—Maldita sea, eso mismo quisiera saber, ¿dónde?