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29 ago 2010

Capítulo 9 de Indecisión

—¿Qué haces aquí?—preguntó Cam sorprendida al encontrar a Axel esperándola afuera de su casa.

—Llevándote a la escuela—respondió acercándose y dándole un rápido beso en la mejilla.

—¿Y eso por qué?—preguntó extrañada.

—Bueno tu novio no esta, y supongo que él te llevaba a la escuela, así que me dije porque no darle un aventón, ya sabes como buen amigo que soy.

Cam sonriendo enganchó su brazo con el de Axel y lo dirigió de vuelta a la casa.

—Si eso tenemos, buen amigo—dijo sonriéndole—entra y desayunemos algo, ¿ya desayunaste?—él sacudió la cabeza—yo tampoco, iba a comer algo en la escuela pero ya que estas aquí y me vas a llevar… tenemos tiempo.

—¿Así que me vas a preparar el desayuno?—preguntó alegremente.

—¡Ja, ja! No, tú me lo vas a preparar a mí.

—¿Si? No me digas y ¿cómo piensas convencerme de hacer eso?

—Tengo mis maneras—respondió Cam pellizcándole las costillas.

—Ya veremos—dijo Axel mientras entraban, era la segunda vez que entraba a la casa de Cam, y a diferencia de la primera, esta vez era ella quien lo invitaba y eso aunque pareciera tonto lo hacía sentir feliz. —Es muy bonita tu casa—dijo cuando llegaron a la cocina.

—Gracias—dijo mientras abría el refrigerador y se inclinaba frente a el.

Ante tal acción, Axel no pudo apartar la mirada de cierta parte de su anatomía que resaltaba a la vista en esa posición.

—¿Quieres leche o jugo?—preguntó Cam, al notar que no respondía volvió su cabeza para mirarlo y lo encontró mirando fijamente su trasero. Rápidamente se enderezó y ruborizada lo reprendió: —¡Axel!

—Lo siento—atinó a responder mirándola a la cara.

—Bueno—dijo Cam cruzando los brazos sobre el pecho—allí esta, que mejor manera de disculparse por tus ojos lujuriosos que preparándome el desayuno.

Axel riendo se acercó a ella y la aprisiono contra la pared. Cam trato de alejarse pero la tenía atrapada, así que mientras sentía su aliento en su cuello, causándole cosquilleo, permaneció tan quieta como pudo.

—Si ese es el pago por una vista tan esplendida—le susurro al oído—estoy mas que dispuesto a pagarlo, aunque me pregunto…—continuó poniendo su mano sobre su cintura y haciéndola estremecer ante el contacto sorpresivo—¿Cuál es el pago por un beso?

Cam no podía hablar, parecía como si algo estuviera atorado en su garganta impidiendo que las palabras salieran.

Él soplo en su oído y un escalofrío recorrió todo su cuerpo y entonces el tomó su lóbulo entre sus labios suavemente y después besó su oreja.

Cam sentía sus rodillas temblorosas y antes de darse cuenta sus manos estaban empuñando la camisa de Axel a la altura del pecho. Él seguía besando su oreja y Cam no pudo contener un pequeño gemido, la sensación que provocaba ese beso era electrificante, la hacia estremecerse de pies a cabeza.

Entonces él movió su boca desde su oreja, por su mejilla, hasta la comisura de su boca, pero cuando pensó que iba a besarla no lo hizo, en su lugar murmuró contra sus labios pero sin tocarlos.

—Cuándo decidas cual es el pago por un beso, házmelo saber, estaré más que dispuesto a pagarlo—y como si no hubiera pasado nada le preparo el desayuno.

El transcurso del desayuno, el recorrido a la escuela y la despedida fueron ligeramente incomodas para Cam, en primer lugar porque se sentía horrible porque había disfrutado de ese pequeño acercamiento en la cocina y todavía peor porque se había sentido frustrada cuando no la había besado, ambas cosas no deberían haber ocurrido; y en segundo lugar porque no sabía como comportarse después de lo que había pasado.

Pero pese a todo sobrevivió, y quedo de ver a Axel en la tarde para su entrenamiento.

Sólo para entrenar, se repitió mientras entraba a la universidad y sentía su mirada sobre ella.

***

—¡Sigo sin entender esto!—se quejó Melissa después de clases en la biblioteca.

Cam sonrió. —No te preocupes, tengo la solución, sabes que soy malísima para explicar pero invite a alguien que sabe hacerlo.

—¿De veras?—preguntó Melissa levantando la mirada de su libreta—la verdad es que las diferenciales me causan muchos problemas, las integrales me son pan comido, pero con las diferencias soy un desastre.

—Ya no tendrás que preocuparte, te he conseguido al mejor maestro de diferenciales que existe. Pero eso si, le he dicho que le ayudarías con química. Ya sabes un intercambio de conocimientos.

—Eso esta bien y parece justo—respondió Melissa—y ¿quien es esa persona?

Justo en ese momento Cam vio a Alejandro atravesando las puertas de la biblioteca y sonrió satisfecha.

—Averígualo por ti misma—dijo cabeceando hacia la entrada.

Melissa se volteó para averiguarlo y rápidamente se volvió hacia Cam nuevamente. —¿Él?—preguntó sonrojada.

Cam asintió sonriendo.

Antes de que alguna dijera algo más, Alejandro llegó hasta ellas.

—Buenas tardes señoritas—saludó haciendo una reverencia y riendo por su ocurrencia.

—Buenas tardes—respondió Melissa jugueteando con sus manos.

—Gracias por venir—dijo Cam cuando su amigo la besó en la mejilla.

Después se acercó para saludar a Melissa de la misma manera, y Cam la noto aún mas sonrojada, como si tal cosa fuera posible.

—Pues bien—dijo Alejandro tomando asiento junto a ellas, pero con la mirada puesta en Melissa. —¿Así que te explico diferenciales y me explicas química?

Melissa asintió tímidamente.

—Manos a la obra entonces—dijo él arremangándose las mangas de su camisa de vestir.

Y así pasaron dos horas de estudio, en las cuales Cam estuvo más concentrada en observar la interacción de sus amigos que en hacer su tarea.

En más de una ocasión las manos de Alejandro y Melissa se rozaron, y muchas veces la hizo reír con sus ocurrencias mientras le explicaba. Y a Cam no le pasó desapercibida la forma en que Alejandro miraba a Melissa cuando esta se sonrojaba o reía.

—Es hora de que me vaya—dijo Melissa recogiendo sus cosas—Muchas gracias por todo—le dijo a Alejandro—sé que hoy no pude ayudarte con química, pero si quieres mañana nos enfocamos en eso, porque en verdad no puedo quedarme más tiempo.

—No hay problema—respondió—¿mañana aquí nos vemos entonces?

—Sí, a la misma hora—respondió ella. —Cam, ¿quieres que te de un aventón?

—Si—dijo Cam y los tres se encaminaron al estacionamiento.

Una vez que Alejandro se fue a su coche, Melissa entrelazo su brazo con el de Cam mientras caminaban a su carro.

—Gracias—dijo alegremente.

—¿Por qué?—preguntó Cam haciéndose la inocente.

—Porque ha de ser, tontita—dijo Melissa—por invitarlo a él.

—Ah por eso, pues como te dije es buenísimo en diferenciales y las sabe explicar, así que no había otra opción, tenía que ser él.

—Pues tienes razón, pero gracias sobre todo por lo otro.

—¿Qué cosa?

—Ay Cam, eres terrible—dijo esta—pues porque sabes que me gusta, y lo invitaste, y me gusto mucho pasar un rato con él, aunque fuera estudiando.

—¡Ah, eso!—exclamó Cam sonriendo—mi lema es: si se pueden matar dos pájaros con la misma piedra voy a ello.

Ambas rieron, y al notar tan feliz a su amiga, Cam supo que valían la pena todos los inconvenientes que su plan ocasionara.

Melissa podía ser retraída y muy reservada, pero era entusiasta y siempre tenía una sonrisa para quienes la rodeaban, y por eso Cam estaba más que empeñada en mover las piezas para que su amiga estuviera con el chico que le gustaba.

21 ago 2010

Capítulo 8 de Indecisión

—Esta bien Cam, nos vemos en la biblioteca después de clases mañana.

—Gracias, eres el mejor.

—¿Está tu novio escuchando eso?

Cam rió. —No.

—Ahora lo entiendo—dijo Alejandro riendo—Te quiero nena, nos vemos.

—Adiós. ¡Y acuérdate ve solo!

—¡Dios mío Cam! ya te dije que si, sé de sobra que Milena y tú no se soportan, así que no te preocupes, adiós.

—Adiós.

Cam se sentía muy feliz, había pasado casi dos horas hablando por teléfono con Alejandro, por primera vez en un tiempo--que había parecido muy largo--su relación con Alejandro parecía volver a ser la misma y eso la hacia sentir completa, era su mejor amigo y lo había extrañado mucho.

Un poco cansada bajó por un vaso de leche y cuando estaba sirviéndoselo el teléfono sonó. Después de devolver la leche al refrigerador se apresuró a contestar el teléfono.

—Bueno—dijo Cam.

—Hola mi amor.

—¡Nico!—exclamó Cam al reconocer su voz. —¿Cómo estas? ¿Cómo va todo?

—Extrañándote mucho y las cosas van en marcha, esperemos tener pronto resultados. Augusto te manda saludos, esta tarde te llamamos pero no había nadie en casa y no quise llamarte al celular para no interrumpir nada que estuvieras haciendo. También traté de llamarte más temprano pero marcaba ocupado.

Cam se quedó por unos momentos en silencio. ¿Qué podía decirle? No estaba en casa porque pase toda la tarde y parte de noche con Axel. ¡Definitivamente no!

—También te extraño—respondió sinceramente—y sabes que puedes llamarme al celular en cualquier momento. Hace unos momentos estaba hablando con Alejandro, por eso no estaba disponible la línea. Hay algo de lo que quiero hablar contigo, no sabes cuanto me gustaría que estuvieras aquí pero como no estás supongo que podemos hablarlo por teléfono, ¿tienes tiempo?

—¿Tienes que preguntarlo?—le devolvió la pregunta Nico.

Cam no pudo evitar sonreír. —No—susurró—Te amo, ¿lo sabes verdad?

—Lo sé, también te amo, y no sabes cuantas ganas tengo de besarte, de tocarte, de…

—¡Nico!—Cam lo interrumpió. —No estarás pensando en tener sexo por teléfono, ¿verdad?—bromeó.

Los dos rieron y entonces Nico dijo: —No me des ideas, que imaginarte desnuda en la cama mientras hablamos definitivamente me excita.

—Pero no estoy en la cama y definitivamente no estoy desnuda.

—¿Y no podemos arreglarlo?

—¡Nicolás Hayes! ¿Me estas pidiendo que me desnude?

—Si te lo pidiera, ¿lo harías?—contrarrestó Nico.

Sonrojada hasta los pies al imaginarse la escena, Cam susurró: —Absolutamente.

A Cam le pareció oír gemir a Nico.

—¿Qué llevas puesto?

Oh Dios, ¿en verdad iba a ser una de esas llamadas? Cam pensó. No es que no fuera excitante, pero extraño sin duda.

—Un pantalón deportivo y una blusa de tirantes—respondió Cam automáticamente—¿En verdad vamos a hacer esto?

—Tanto como me gustaría, no, dijiste que querías hablar así que enfoquémonos en eso y dejemos la llamada caliente para otro momento. No tendría problema en hablar toda la noche contigo y así poder hacer las dos cosas, pero mañana tienes escuela y yo tengo trabajo que hacer mas tarde.

—¿Entonces llamada caliente pendiente?—preguntó Cam con coquetería.

—Sin duda—respondió Nico con un gruñido—y después podríamos probar con una video llamada eso sin duda será emocionante.

—Estás loco—dijo Cam riendo con ganas.

—Si—respondió Nico seriamente—la verdad es que me tienes loco, así que no me juzgues ya que tú eres la culpable de mi estado mental tan desquiciado.

—Y tu del mío, porque haría cualquier cosa que me pidieras, incluso esa video llamada XXX.

—¡Pervertida!—recriminó Nico. —Nunca dije que seria una video llamada XXX.

—Cállate Nico, que se que eso tenias en mente, tu eres el pervertido y yo la pobre jovencita de la que te has aprovechado.

—Está bien, está bien, soy el malvado pervertidor y tú la pobre damisela. O mejor aún yo soy el lobo feroz y tú la inocente caperucita. Y le preguntas a tu abuelita: abuelita, abuelita ¿por qué el lobo tiene esa cosa tan grande entre las piernas?

—¡Nico, estás loco!—rió Cam a carcajadas.

Nico rió también. —Un poco—reconoció sonriente—pero te he hecho reír, ¿no es así?

—Si, indudablemente.

—Pues entonces tarea cumplida, me gusta verte o en este caso escucharte reír, y bueno como ya hemos tenido bastante entretenimiento pasemos a las cosas serias, ¿de que querías hablar?

Cam suspiró, se puso de pie ya que se había sentado en un banco en la barra y mientras caminaba hacia la sala con el teléfono inalámbrico en su oído, dijo: —A cosas serias se ha dicho. La cosa es que hoy hice algo que no debí…—Cam se mordió el labio y se instaló cómodamente en el sofá para continuar con la llamada.

—¿Qué… qué hiciste?—preguntó Nico vacilante.

Cam comprendiendo la vacilación de Nico al preguntar dijo: —Oh, Nico, no es nada de eso, no tiene nada que ver con A… con él.

Nico no respondió nada, y tras unos segundos de silencio Cam decidió continuar.

—¿Recuerdas lo que escuchaste cuando fuiste por mi a casa de Melissa?

—Claro—respondió Nico—¿Qué pasa con eso?

—Después de clases, estaba en la biblioteca con Melissa y trate de sacar el tema, pero ella dijo que todo estaba bien, pero obviamente después de lo que escuchaste sabia que eso no era cierto y entonces me vino esa idea de utilizar mi habilidad con ella y ya sabes, averiguarlo.

—Oh, Cam…

—¡Sí! Lo sé, estuvo mal, no debí hacerlo, pero estaba tan preocupada y ella nunca quiere hablar de eso, es muy reservada en ese aspecto y después de lo que vi entiendo el porque. Nico es tan horrible…—sin poder evitarlo empezó a llorar.

—Cam…—susurró Nico, que daría cualquier cosa por estar junto a ella y poder abrazarla en ese momento.

—Estoy bien, de verdad, perdón.

—No tienes porque pedir perdón.

—Bueno—siguió Cam limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano—sé que no debí aprovecharme de mi habilidad y meterme en su vida, pero lo hice porque quería ayudarla y estoy segura que si ella supiera que hice tal cosa no me lo perdonaría, invadí su privacidad Nico, invadí todas esas cosas de su vida que guarda tan reservadamente en su corazón y me siento horrible por eso, y aún más porque no puedo hacer nada para cambiar lo que le ha pasado y ni siquiera puedo hablar de eso con ella porque se supone que yo no sé nada.

—Te entiendo Cam, pero no puedes vivir recriminándote lo que hiciste, sé que no lo hiciste con mala intención y estoy segura que Melissa lo entendería también.

—No lo sé, pero ahora me siento con la obligación de hacer algo para que sea feliz, para que lo que ha vivido no sea el foco de su vida…

—Cam, no eres Dios, y no puedes hacer nada por cambiar las cosas, puedes ser su amiga y estar con ella y ayudarla en muchos aspectos pero no esta en tus manos que ella sea feliz, esa es en gran parte una decisión de ella misma, porque en la vida de todos hay situaciones difíciles pero la felicidad esta en la manera en que las enfrentas y sigues adelante, en realidad felicidad me parece un termino relativo, ni puedes ser toda la vida feliz ni toda la vida infeliz, la vida es una mezcla de emociones, sentimientos y experiencias y al final de cuentas todas son necesarias porque los momentos difíciles y los sentimientos que provocan nos hacen vivir con los pies en la tierra, nos dan equilibrio, nos hacen humanos—Nico bufó ante la última palabra, él entre todos diciendo que las situaciones difíciles nos hacen humanos, ¿quien lo diría?

Cam conociéndolo como lo conocía imaginaba lo que pensaba Nico y dijo: —La humanidad no se basa en si tienes fecha de muerte o no, Nico, se basa en los sentimientos nobles de una persona, y eres más humano que muchos que andan por el mundo.

Nico no respondió nada ante eso.

—Y entiendo lo que dices—Cam continuó. —Pero a veces aunque tengas toda la disposición de ser feliz, de enfrentar las situaciones difíciles con el mejor ánimo el entorno no contribuye. Melissa tiene un gran corazón, a pesar de todo y se esfuerza en seguir adelante, lo vi, pero ¿qué pasa cuando mientras luchas por salir del hoyo hay muchos que te hacen cosas para hundirte más?

—Si tuviera una respuesta te la daría, pero creo que hay situaciones tan complicadas en la vida que mientras no las vivas no sabes como es estar en ello y desde luego ver las cosas desde ahora hace verlo todo más fácil, pero cuando estás en el centro de ello se ve todo desde otra perspectiva.

—Si—dijo Cam pensativamente.

—¿Qué es eso que le ha pasado a Melissa? ¿Puedes decírmelo?

—No, lo siento, ya hice bastante inmiscuyéndome sin permiso en su vida, no puedo traicionar más su confianza, sabes que confió plenamente en ti y si hay alguien a quien se lo diría sería a ti, pero por ahora prefiero no decirlo.

Cam había visto los golpes que durante su niñez e incluso adolescencia su padre le había dado a Melissa, y también a su madre. Pero eso no era lo peor, lo peor era que el hombre que decía ser su padre en varios ocasiones había intentado violarla, si bien nunca lo había logrado gracias sin duda a la gracia divina, la había manoseado y sobre todo le había dejado heridas internas que eran muy difíciles de sanar e incluso una vez sanadas las cicatrices serian un recordatorio constante de lo sucedido y aun sanadas dolían. Y no conforme con todo ello el señor era autoritario y tenía la vida de Melissa controlada, no le permitía salir de casa salvo a la escuela y contados eventos o actividades relacionadas con ella, no podía tener visitas, no tenía internet y no podía usar el teléfono a menos que lo hiciera a escondidas, era prácticamente una vida de aislamiento, sin duda era un vida de infierno; ese hombre era un desgraciado y Cam sentía que si alguna vez lo veía no se resistiría y le gritaría barbaridades por ser el patán que era. No podía concebir el por qué existían personas como esas. Y debido a todo eso y al carácter tan personal de lo sucedido, entendía que Melissa no querría que fuera algo que anduviera contando y más aun cuando ni siquiera se lo había contado a ella, por tanto aunque sabía que Nico jamás se lo diría a nadie más no le dijo nada.

—Lo entiendo, no tienes ni que sentirlo.

—Gracias. Pero hay algo que si puedo decirte.

—¿Y eso es?

—A Melissa le gusta Alejandro.

—¿En serio?

—Oh, si. Mucho. Y yo he pensado que bueno si yo hago que se conozcan, que pasen más tiempo juntos…

—Cam—intervino él—pero Alejandro sigue con Milena, no me parece buena idea, Milena es peligrosa y si se da cuenta de lo que intentas o si Alejandro se interesa en Melissa no se quedara con los brazos cruzados. Y si la vida de Melissa es tan complicada no creo que sea bueno complicársela más.

—Tiene sus riesgos, es cierto, pero Milena no es buena para Alejandro, ella sólo esta con él para molestarme--molestarnos, y también puede lastimarlo, así que correré el riesgo, conozco a Alejandro y algo me dice que entre Melissa y él si se pueden dar las cosas, Milena es un obstáculo y si lo tengo que quitar lo quitare.

—Cam, no te metas en problemas, mucho menos ahora que no estoy contigo, por favor, no soportaría que nada malo te pasara.

—No te preocupes, todo estará bien.

—Cam...

—Prometo que no haré nada arriesgado, ni directo, sólo sutilezas, aparte me puedo defender de Milena, ya lo hice una vez y puedo hacerlo de nuevo.

—No te haré cambiar de opinión, ¿verdad?

—No—respondió ella rotundamente.

—¿Tienes en que anotar?—preguntó él.

—Um, déjame ver—dijo Cam echando un vistazo alrededor de la sala—si, si—dijo localizando una agenda y pluma. Una vez que fue por ellas dijo: —Dime.

Nico le dio dos números de teléfono.

—El primero es del padre de Alina, ¿la recuerdas?

—Por supuesto.

—Pues bien si se te presenta cualquier problema con Milena llámalo y pídele ayuda, puedes confiar completamente en él.

—No creo que sea necesario, pero si te hace estar tranquilo, lo haré. ¿Y el segundo?

—Es de la sede del movimiento, si Milena le hace daño a alguien, Alejandro, Melissa o tú, o quien sea, llama y díselos, ellos se harán cargo de ella.

—Ok—respondió Cam, no queriendo pensar en que les hacían a los vampiros rebeldes, y eso sólo por etiquetar a Milena de alguna manera.

—Ahora trata de descansar, que tantas preocupaciones e inquietudes no te hacen bien.

—Lo haré, lo único que extrañare son tus brazos, sabes que me encanta dormir acurrucada en tus brazos.

—Si y a mi me encanta que lo hagas, pronto lo haremos.

—Pronto—dijo Cam. —Te amo.

—Te amo también. Te llamó mañana por la noche.

—Estaré esperando.

—Hasta mañana.

Al colgar Cam se recostó en el sofá, mirando fijamente el techo como si el tuviera las respuestas a todas las decisiones que tenia que tomar. Pero no las tenia y Cam más que nunca sabía que en su vida había muchos decisiones por tomar. Sólo esperaba optar por lo mejor en cada una.

13 ago 2010

Capítulo 7 de Indecisión

Las clases transcurrieron tan lentamente que para cuando terminaron Cam sentía como si hubiera pasado una eternidad. Su mente estuvo todo el tiempo ocupada por sus sentimientos ante la ausencia de Nico, por los nervios por su cita con Axel y sobre todo por los misteriosos paquetes que le llegaban, eso era lo más inquietante de todo porque no tenía idea de quien estaba detrás de ello y dado los acontecimientos que se habían suscitado en su vida en los últimos meses era difícil no verlo como una señal de peligro.

Pero otra cosa que la inquietaba esa saber la situación de Melissa en su casa, así que aprovechando que pasarían un rato en la biblioteca buscando unos datos, Cam intentaría que hablaran de ello.

—Que bueno que hoy no tenemos tarea, solo investigar esto y ya, ¿porque no vamos a tomar un café cuando terminemos?

Melissa levantó la mirada desde el libro que estaba leyendo y mordiéndose el labio negó con la cabeza.

—No puedo, lo siento.

—Pero no tenemos tarea—insistió Cam. —¿Por qué no puedes?

—Tengo que ayudar a mi mamá con algunas cosas—dijo regresando su mirada al libro.

—Sabes, nunca nos hemos visto fuera de la escuela o la biblioteca, sólo cuando me llevas a casa o cuando fui la otra noche a tu casa, y hablando de eso, ¿te regaño tu papá?

—No, sólo me pidió que evitara las visitas tan tarde.

—Completamente comprensible—dijo Cam—me disculpo nuevamente por ir tan tarde.

—No te preocupes, me alegra que lo hicieras—Melissa sonrió.

Cam sabia que Melissa era sincera en ese aspecto pero sabía que mentía en lo concerniente a su padre. Por primera vez Cam sintió un deseo inmenso de usar su habilidad para saber que estaba ocurriendo realmente en la casa de Melissa, pero sabía que hacerlo no sólo implicaría entrometerse en las cosas privadas de su amiga sino también la responsabilidad de ayudarla, pero ¿sino podía? ¿Cómo podría vivir con ello?

Finalmente tras debatir dentro de si los pros y contras, tomó su decisión, quizás podría estarse equivocando o quizás no, pero algo dentro de ella le decía que tenía que tomar el riesgo.

Extendiendo su mano sobre la mesa tomó la mano de Melissa es un gesto aparentemente amistoso. —Eres una gran amiga, y sabes que puedes contar conmigo para todo, ¿verdad?

Sin esperar respuesta, Cam dejo fluir su habilidad y en milésimas de segundos imágenes de la vida de Melissa invadieron su mente, mostrándole lo que estaba buscando. Emociones dentro de ella empezaron a manifestarse en respuesta a lo que su mente veía, todo iba más allá de lo que Cam hubiera imaginado. Sus ojos empezaron a escocer, detuvo todo soltando la mano de Melissa, la escuchó hablándole pero Cam estaba tan ensimismada en su descubrimiento que no pudo hacer más que levantarse y excusarse con tener que ir al baño.

A veces hay situaciones en la vida que hacen que el ser humano manifieste sentimientos tan oscuros que permanezcan o no ya han marcado tu corazón. Y Cam sabía que esto le había pasado a Melissa, ahora que sabía lo que había vivido entendía el porque era a veces tan retraída, había pasado por la etapa del odio, de los porque a mi e incluso del deseo de morir y ahora aceptaba la vida y las circunstancias de la suya sin preguntarse por que, simplemente aceptando lo que había vivido pero no dejando que sucediera otra vez. Aprovechando el aprendizaje de lo malo tras forjarse en fuego para al final ser la persona de hoy.

Y aunque Cam no podía ni imaginarse pasando por lo que su amiga paso, sin duda admiraba que a pesar del horror de tal situación el corazón de su amiga si bien marcado con cicatrices que nada podría borrar estaba lleno de esperanza, de deseo de ser amada y respetada.

Pero también había temores que atormentaban, porque aunque quisiera luchar por sacar lo bueno de lo malo, también había aspectos y momentos que no eran fáciles, recuerdos difíciles y miedos entrañables.

Pero ante todo esto Cam estaba decidida, ella iba a ayudar a su amiga, iba a hacer todo cuanto pudiera para que el mañana fuera prometedor; el pasado ya no podía ser cambiado pero el futuro siempre podría ser mejor.

***

—Estas preciosa—dijo Axel cuando Cam llego hasta su coche. Estaba vestida con una falda que le quedaba a medio muslo, dejando al descubierto sus bonitas y largas piernas. Una vista en la que se deleitaba. Su blusa si bien no era escotada destacaba sus senos redondeados. Siempre había tenido debilidad por los pechos grandes y los de Cam eran tal y como le gustaban. Requirió un gran esfuerzo dejar de mirar su cuerpo y concentrarse en su cara.

—Gracias, tú no estas nada mal—dijo examinándolo con la mirada y sonriendo. —Así que, ¿qué tienes planeado?

—Ir al cine y después cenar en mi lugar favorito. ¿Estas de acuerdo?

—Suena bien, sólo me gustaría ir a mi casa a cambiarme, ¿podemos?

—Estas perfecta tal y como estas.

—Es la ropa con la que vine a la escuela, ¿a que tipo de lugar me vas a llevar a cenar?

—A un lugar donde estarás perfecta tal cual.

Entrecerrando sus ojos Cam dijo: —Esta bien. Confiare en ti.

***

Cam se sentía muy nerviosa, la presencia de Axel a su lado era a falta de una palabra mejor perturbadora. Y estar sentados en el fondo de la sala no ayudaba, la oscuridad y el que cerca de ellos no hubiera nadie más cargaba el ambiente de tensión.

Trataba de ponerle atención a la película, pero su mente divagaba entre lo que debía hacer. ¿Tendría que decirle a Axel las cosas tal cual? ¿Qué quería averiguar que sentía realmente por él? ¿Y que Nico estaba perfectamente de acuerdo con eso, o que más bien lo había propiciado? ¿O debía dejar que las cosas siguieran su curso normal y ver que pasaba? ¿Cuál de las dos cosas la haría sentir menos culpable? ¿Menos traicionera? ¿Cuál era la correcta? ¿Era alguna correcta?

El roce de su mano contra la de él dentro de la caja de palomitas la sacó de su dilema mental. Pero el que dicho roce se convirtiera en una caricia prolongada la hizo olvidar cualquier cosa que estuviera pensando.

Tras unos momentos más tiró de su mano pero Axel no la soltó, Cam trató de concentrarse en la película, no dándole tanta importancia a que le estuviera acariciando la mano, pero también sentía su mirada sobre ella, no resistiendo más se encontró con su mirada y cualquier cosa que hubiera estado a punto de decir murió en su garganta.

Se miraron el uno al otro por prolongados segundos, no haciendo más contacto que con sus ojos y sus manos.

A Cam la sorprendió la intimidad del momento, asustada volvió la mirada a la pantalla y aunque seguía sintiendo la mirada de Axel sobre ella no se permitió reunirse con su mirada de nuevo.

La noche transcurría entre comentarios divertidos y una cena sencilla pero deliciosa; el lugar favorito de Axel había resultado ser un parqué que tenía enfrente un puesto de tacos callejero. Habían cenado sentados en el pasto y hablado por horas.

Para cuando Cam estuvo en su casa, estaba tan cansada para analizar la velada que lo dejó para mañana, pero había algo que tenía que hacer.

Llamó a Alejandro y di inició a la operación hacer feliz a Melissa, esperando que las cosas resultaran como tenía planeado.